Noche del 2 al 3 de enero 2024, Madrid.
Dentro de una oficina abarrotada de gente, tres mujeres repartían premios a ganadores de concursos literarios y deportivos.
Magnus Carlsen era ovacionado mientras subía las escaleras de Piazza di Spagna. Entre el público, aplaudiendo tímidamente, se encontraba Faustino Oro, un joven prodigio del ajedrez.
Noche del 4 al 5 de enero 2024, Madrid.
En un gran centro comercial que era una especie de arca de Noé donde los animales éramos humanos.
¿C. y yo, representábamos a los ex-alumnos del Liceo Francés o a las parejas que se conocieron en el colegio? También estaban V. y R.;¿representaban a autoridades de instituciones académicas, a hombres que se corrompen cuando asumen una posición de poder o a todos los pervertidos del mundo?
Cuatro feministas-terroristas entraban al centro comercial tocando tambores. Eran estúpidas y violentas.
Huíamos del atentado como si huyéramos de un desastre natural.
El sueño termina cuando Z. me besaba en el que había sido mi cuarto de adolescente. Era un beso con lengua de despedida. “¿No te lo esperabas? Me voy porque me espera mi novio”, me decía Z., sonriendo.
Noche del 5 al 6 de enero 2024, Madrid.
En un café, trabajaba con mi computadora portátil mientras, desde la vereda de enfrente, una cámara grababa cada uno de mis movimientos.
De pronto, una IA comenzaba a leer lo que yo estaba escribiendo y, sin que se lo pidiese, continuaba escribiendo por mí.